Estado muerto
de blanco puerto
(y aroma de azucena)
Sentir pesado
El corazón helado
(Y escarcha en las venas)
Seco, profundo y sin aire
El pulmón entra en apnea
(Y silencioso se rebela)
Yo, aquí, desde el borde del cráneo,
circunscrita en mis circunstancias,
me apeo.
No puedo más con vuestros miedos
Ni quiero más vuestros vuelos
a medianoche
Ni depender de tu coche,
que por cierto tienes que lavar.
Y ya te diré en otros poemas,
lo que pienso de tu forma de hablar
De ese desdén en tu mirada,
y de cómo me puedes, con un silencio, matar.
. . . . . . . . .
“Il est frustante quand vous ne me regardez pas,
mais il est plus, quand vous me regardez et ne voyez rien”
Lo mejorcito que has hecho en tiempo, creo. Por cierto, ¿los paréntesis en poesía no se ponen con guiones? Quizás me equivoque.
ResponderEliminarYo también tengo que lavar mi coche.
No lo sé, probablemente tengas razón, ni lo había pensado. Gracias B.B.
ResponderEliminarYo ahora no tengo coche que lavar...