miércoles, 3 de julio de 2013

Desorden

Sé lo que significa que no quiera recoger el caos creado estos días en mi cuarto. Sé porqué he estado pensativa y medio ausente ante todo el mundo. Sé cómo explicarlo casi todo lo que está pasando, pero no sé lo que pasará.

Y de ahí el que ese bolso (tan bonito) lleve tirado días , como si agonizara tras un tiroteo. Por eso,  dejé que los papeles que se precipitaron al suelo, tras el portazo que causó el aire ayer, descansaran cubriendo la madera como si de un lecho de musgo, que da pena arrancar, se tratara. 

Igual pasa con la ropa, que me han ido quitando los distintos eventos de estos días, y que yace inmóvil encima de la silla, aguardando el momento de ser colgada en sus perchas de nuevo. 

Pero no quiero. 

A pesar de las duras advertencias de la mia Mamma, que no acostumbra a ver mi habitáculo así, me resisto a ordenarlo todo. Porque al hacerlo, el suelo quedará llano, la silla vacía, y mis obligaciones habrán terminado. ¿Por cuánto? 

Este estado, de incertidumbre, la sensación de estar subiendo una escalera a ciegas y creer que se cae al  vacío al pisar un escalón inexistente, el excitante sentimiento de no saber qué será de mí mañana...Me quema y eleva a partes iguales.

Mil opciones. Y me cuesta elegir entre cuatro sabores de helado... 

Tócala otra vez, Sam, que el Mundo aún no se ha enterado. 

C'est fini, amigos, y no puedo estar más feliz. Alzad vuestras copas y bailad conmigo...

S.S


P.D Un poco de música de nena, como decía el difunto BB (el muerto aún camina), para celebrarme (no diré donde vivo por si os da por apedrear mi ventana tras oír la canción): 




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