martes, 18 de febrero de 2014

Manual de comportamiento cuando estás hasta las gónadas



Sólo pasa a veces, como un relámpago que destella su visión, pero cuando pasa se queda buen rato pensando sobre ello. No es que se pueda quejar, está exactamente donde quería, y por supuesto sabe que se lo he ganado. Se lo merece.

Pero es imbécil,  una imbécil buena. Puede que sea por eso por lo que cuando ese tipo que conduce un Hummer intenta echarle de la calzada,  decide aminorar la marcha, dejarle pasar, y evitar que el atropello sea mayor. Aunque por dentro sepa que eso es un abuso, de tamaño en este caso, decide pasarlo por alto.

De igual modo, ese mismo tipo intenta atropellarle en otros ámbitos. No necesita el Hummer para hacerlo, le basta su posición. Y él lo sabe.

Y llega un punto en el cual ha puesto tantas veces la otra mejilla, que teme que la cabeza le gire 360º, cual niña del Exorcista, con la próxima bofetada. Y entonces, se le pasa por la cabeza enseñar los dientes y sacar las garras.

Con tacto, querida- Le sugiere el Pepito Grillo alojado cómodamente en el córtex prefrontal, eternamente fiel a su filosofía de aconsejar aunque  hierva la sangre y él se esté cociendo por ello- Siempre con cautela y sosiego.

Que te j****, "querido"- Le contesta ella, que está ya hasta los genitales masculinos con los que no nació y le apetece mambo, es la guerra.

No es la primera vez que esto pasa, siempre ha sabido que por su reducido tamaño corporal y bonita carita de muñeca (las cosas como son) algunos se han frotado las manos pensando que detrás de esa fascies hay un cerebro anquilosado o inocentón y que podían aprovecharse.

No confundan los colores, soy buena, no tonta- Reflexiona- Y no tan buena, que nadie me enseñó (ni yo he aprendido) a perdonar.

Por eso, cuando ha alcanzado este grado de "hastalosgüevos", hay pocas posibilidades de marcha atrás. A veces, ni con un sincero "perdón", vale.

Hoy sólo hay una china en su zapato. Y se la va quitar...


S.S

P:D: ¡Ánimo!